Fondo Herzfeld para la cuenca del Caribe
Sector agrícola. «Una cooperativa agropecuaria es una organización económica y social que forma parte del sistema de producción agropecuario y forestal; su objetivo general es la producción de bienes, principalmente agropecuarios, y su comercialización; así como la prestación de servicios a través de la gestión colectiva para satisfacer el interés social y el de los socios de la cooperativa»[5].
Otros sectores. Sector no agrícola. «Una cooperativa es una organización con fines económicos y sociales que se constituye voluntariamente sobre la base de la aportación de bienes y derechos y se apoya en el trabajo de sus socios, cuyo objetivo general es la producción de bienes y la prestación de servicios mediante gestión colectiva para satisfacer los intereses sociales y de los socios.»[6]
En consecuencia, las cooperativas agropecuarias han sido incluidas en la Cartera de Oportunidades para la Inversión Extranjera publicada por Cuba (Cartera) desde su edición 2016-2017. Hasta el momento, que yo sepa, ninguna cooperativa no agropecuaria ha sido incluida como potencial receptora final de inversión extranjera, ni siquiera como participante en el proceso de inversión extranjera.
Ley de inversiones extranjeras en Cuba
ResumenEn febrero de 1982, el Consejo de Estado de Cuba aprobó una ley que autorizaba algunas formas de inversión extranjera en la isla. La legislación fue ampliamente ignorada por las empresas extranjeras que durante casi una década mostraron escaso interés en invertir en Cuba. Sin embargo, en los años 90, la inversión extranjera en la Cuba socialista ha aumentado rápidamente. La primera parte del artículo evalúa la importancia económica de la inversión extranjera en el contexto de las necesidades financieras del país. La segunda parte aborda una serie de cuestiones que influyen en el crecimiento de la inversión extranjera en Cuba. El artículo concluye con algunas observaciones generales sobre el impacto de la inversión extranjera en la economía cubana y las perspectivas para el futuro.
St Comp Int Dev 31, 3-28 (1996). https://doi.org/10.1007/BF02738629Download citationShare this articleAnyone you share the following link with will be able to read this content:Get shareable linkSorry, a shareable link is not currently available for this article.Copy to clipboard
ملاحظات
En 1958, Cuba era una potencia inversora. Sus trabajadores cobraban el octavo salario más alto del mundo y la renta per cápita del país superaba la de Austria y Japón. Era un destino tan caliente para los expatriados que había más estadounidenses viviendo allí que cubanos en Estados Unidos. Sin embargo, los días dorados pasaron cuando Fidel tomó el poder, y no fue hasta que el presidente Obama levantó las sanciones contra la nación insular que los inversores se interesaron por el potencial de Cuba.
Antes de que Fidel Castro llegara al poder, Cuba era un destino turístico muy popular para los estadounidenses. El objetivo original del embargo comercial era deshacerse de Fidel Castro, pero eso no ocurrió. En su lugar, Cuba implementó políticas socialistas. En diciembre de 2014, entre el 80% y el 85% de la economía estaba controlada por el gobierno.
En 2014, el ex presidente de Estados Unidos, Barack Obama, inició medidas para suavizar (no eliminar) el embargo comercial de Estados Unidos con Cuba. Sin embargo, tres años después, el entonces presidente Donald Trump volvió a promulgar medidas de embargo más severas, buscando erradicar la política de «puertas abiertas» de Obama. El plan del presidente Trump consistía en recortar la ayuda estadounidense a las empresas cubanas que canalizaban dinero hacia el ejército, pero preocupaba a los inversores por el efecto general que el endurecimiento tendría en la trayectoria de Cuba.
Oportunidades de negocio en Cuba
El reciente anuncio del gobierno cubano de que pretende permitir la inversión privada extranjera está alimentando las esperanzas y los sueños de aquellos en la comunidad empresarial cuya ingenuidad, avaricia o agnosticismo moral les permite creer que su inversión financiera en la economía de la isla resultará manejable, rentable y sostenible.
Si bien el embargo a Cuba ha impedido a los estadounidenses hacer negocios con nacionales y entidades cubanas durante más de 60 años, la administración Biden ha revocado recientemente las restricciones de la era Trump y ha autorizado una licencia estadounidense para financiar e invertir directamente en pequeñas empresas privadas de la isla.
Es cierto que hay sectores de la economía cubana que presentan posibilidades atractivas, como el turismo, la energía, la agroindustria y la biotecnología. Pero las empresas norteamericanas deben tener en cuenta que las empresas extranjeras de Canadá, Europa y Asia gozan de la «ventaja del primero»: conocen el terreno, los agentes de poder, los intermediarios, los proveedores y las redes, la cultura y las reglas invisibles del juego. También pueden contar con que sus gobiernos intervengan para proteger sus intereses debido a los préstamos concedidos a Cuba, especialmente los de España, Gran Bretaña, Canadá, Francia y Japón.